Estrógeno y progesterona: ¡las protagonistas de la menstruación!

Detrás del correcto funcionamiento del cuerpo humano están, entre otras cosas, las hormonas. El cortisol (la hormona del estrés) aumenta la respuesta de alerta del organismo. La melatonina regula el sueño y el reloj interno. La insulina mantiene el azúcar a raya. Y así sucesivamente.

Dentro del cuerpo femenino, hay dos hormonas que tienen un papel fundamental: el estrógeno y la progesterona. Si bien las mujeres también producen andrógenos (hormonas masculinas) lo hacen en menores cantidades.

La función e importancia de estas hormonas es crucial, en especial en el ciclo menstrual y el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. Es por esto que hoy hablaremos de ellas a profundidad.

¿Sabías que… el cuerpo masculino también produce estrógeno y progesterona? De hecho, su desequilibrio puede causar algunos síntomas molestos para los hombres, como disfunción eréctil, aumento de las glándulas mamarias (ginecomastia), pérdida ósea, alopecia y depresión.

¡Hablemos sobre el estrógeno! Qué es, qué función tiene y qué pasa si bajan sus niveles

El estrógeno (clasificado en estrona, estradiol y estriol) tiene varias funciones importantes en una gran parte de la vida de la mujer. Aunque es vital en la fertilidad y la salud del sistema sexual reproductivo, también tiene funciones añadidas que se alejan de la menstruación, el embarazo y la menopausia.

¿Qué es estrógeno?

El estrógeno es una hormona esteroidea generada por los ovarios y las glándulas suprarrenales. Su principal misión es encargarse del correcto desarrollo de los órganos y caracteres sexuales femeninos durante la pubertad (crecimiento de las mamas, la menarquia, buen tamaño uterino, ensanchamiento de las caderas, etc.)

Durante y después del desarrollo, el estrógeno tendrá un papel fundamental. ¿Dónde? Principalmente, en el ciclo menstrual, la fertilidad y el embarazo. Aunque en menor medida, el estrógeno también influirá en otras funciones corporales (de las que hablaremos más adelante).

¿Cuál es la función del estrógeno?

El estrógeno es como el director de orquesta del ciclo menstrual. De hecho, se encarga de dos procesos sumamente importantes: la ovulación y la fecundación. ¿Qué más hace el estrógeno? Veamos:

  • Libera relaxina (otra hormona que prepara el cuerpo para el parto).
  • Ordena la distribución uniforme de grasa en zonas como los muslos y las caderas.
  • Es responsable del deseo sexual. Un buen nivel de estrógeno en el cuerpo conserva la libido arriba.
  • Mantiene los niveles de colesterol bajo control, cuidando así de la circulación sanguínea y la presión arterial.
  • Previene la pérdida de masa ósea. De ahí que, a partir de la menopausia, las mujeres se expongan a un mayor riesgo de fracturas.
  • Participa en la tonificación y jovialidad de la piel. ¿Por qué? Pues, porque estimula la formación de colágeno, dándole al cutis un aspecto más jugoso y radiante.

Baja de estrógeno: ¿qué sucede?

En las mujeres, la baja de estrógeno suele tener un par de síntomas molestos, como, por ejemplo:

  • Pérdida de la libido. El estrógeno tiene un papel fundamental en el deseo sexual. Cuando sus niveles son demasiado bajos, podría ocasionar inapetencia de tener relaciones sexuales.
  • Problemas para conciliar el sueño. El insomnio es común ante la baja de estrógeno. ¿Por qué? Pues, porque esta sustancia también interactúa con otras hormonas. Un desequilibrio específico puede activar una reacción en cadena en el cuerpo femenino (y también en el masculino).
  • Ciclos menstruales irregulares o amenorrea. Común en personas con bajo nivel de grasa corporal, trastornos alimentarios o atletas de alto nivel. Poner el cuerpo al límite reduce el estrógeno considerablemente, lo que podría causar periodos irregulares, retrasos menstruales o la ausencia temporal de la regla.
  • Cambios bruscos en la temperatura corporal. Y también en cómo se percibe el clima en sí mismo. Esto es común en las mujeres con la menopausia, que a menudo sufren de sofocos, calores nocturnos, sudor en exceso, entre otros síntomas.
  • Síntomas del síndrome premenstrual más intensos. Hablamos de la hinchazón, sensibilidad o dolor mamario, cambios de humor, cefaleas y náuseas premenstruales, fatiga, somnolencia, etc.

Subida de estrógeno: ¿qué sucede?

Nada en exceso es bueno para la salud y el estrógeno no es la excepción. El subidón repentino de una de las principales hormonas sexuales femeninas podría producir:

  • Pérdida de la libido.
  • Depresión o ansiedad.
  • Inflamación en las mamas.
  • Sangrados leves o reglas abundantes.
  • Incremento de la intensidad del síndrome premenstrual.
  • Aumento repentino de peso, en especial en la zona media (muslos, caderas y cintura).

¿Cómo saber cuál es mi nivel de estrógenos?

Cuando los ginecólogos sospechan que hay un bajón o subidón de estrógenos en el cuerpo, ordenan un test de medición de esta hormona. En sí, la prueba no es complicada. Se realiza con una simple muestra de sangre, por lo que no deberías preocuparte.

¡Pasemos a la progesterona! Qué es, qué función tiene y qué pasa si bajan sus niveles

Así como el estrógeno, la progesterona forma parte de las hormonas sexuales femeninas. Comprender su función e importancia puede ayudarte a reconocer los cambios que suceden en tu cuerpo mes a mes y a lo largo de la vida.

¿Qué es progesterona?

La progesterona, tal como el estrógeno, es una hormona esteroidea. En este caso, es segregada por el cuerpo lúteo; una glándula temporal conformada por el folículo ovárico (esa especie de cápsula que se abre para liberar un óvulo maduro durante la fase de la ovulación).

¿Cuál es la función de la progesterona?

La progesterona es la encargada de preparar el terreno para un posible embarazo. ¿Cómo lo hace? Ordenando el engrosamiento de las paredes del endometrio. También es responsable de detener las contracciones uterinas que provocan la regla en caso de embarazo y de aumentar la irrigación sanguínea hacia el útero cuando el óvulo es fecundado.

Baja de progesterona: ¿qué sucede?

Normalmente, las mujeres con bajos niveles de progesterona suelen tener ciclos menstruales anormales o irregulares y problemas de fertilidad. Afortunadamente, todos estos síntomas son temporales: una vez que se restablezca el equilibrio, ¡todo debería volver a la normalidad!. El spotting menstrual también es común ante la baja de progesterona, así como el aumento repentino de peso.

Subida de progesterona: ¿qué sucede?

Tener un alto nivel de progesterona no es algo común. Sin embargo, suele aumentar en circunstancias normales: ante un embarazo, en distintas fases del ciclo menstrual, etc. Normalmente, cuando la progesterona se pasa de sus límites naturales, puede provocar:

  • Depresión
  • Estreñimiento
  • Sequedad vaginal
  • Aumento de peso
  • Fatiga o somnolencia
  • Infecciones urinarias frecuentes
  • Migrañas y cefaleas tensionales intensas
  • Ligero aumento de la temperatura corporal

¿Cómo saber cuál es mi nivel de progesterona?

La prueba de niveles de progesterona, tal como en el caso del estrógeno, se realiza con una muestra de sangre. Tu médico de confianza podría ordenar un test de progesterona si sospecha que tus niveles están descontrolados, ante un embarazo o incluso para ayudarte a quedar embarazada.

Consejo de Loop. Si tus niveles de estrógeno o progesterona están fuera de control, ¡no te alarmes! Modificar un poco la dieta y el estilo de vida puede ser más que suficiente para poner tus hormonas femeninas a punto.

Causas detrás de los desequilibrios de estrógeno y progesterona

desequilibrio hormonal estrógeno y progesterona

Hay muchas causas que podrían estar detrás de los desequilibrios hormonales, desde el insomnio hasta la mismísima píldora anticonceptiva. ¿Qué otros factores podrían generar problemas en los niveles de estrógeno y progesterona? Veamos:

  • Exceso de peso. El sobrepeso y la obesidad pueden desencadenar distintos desequilibrios hormonales (y no solo en el estrógeno y la progesterona). Incluso los niveles de insulina, cortisol y melatonina pueden verse afectados.
  • Perimenopausia. Durante los años anteriores a la llegada de la menopausia (perimenopausia) los niveles de estrógeno suben y bajan sin control. Como consecuencia, las mujeres notan que sus ciclos menstruales son más cortos o largos y que su flujo menstrual puede variar en intensidad. La sequedad vaginal también suele comenzar en este período.
  • Trastornos hepáticos. La falla hepática, la cirrosis alcohólica y el hígado graso (dependiendo de su estadio) pueden afectar tus niveles de hormonas femeninas.
  • Altos niveles de estrés. El estrés en exceso y la fatiga mental tienen un impacto negativo en el cuerpo y también en sus funciones naturales. Puede que te hayas dado cuenta que, cuando tienes mucho trabajo, tu periodo no llega cuando debería. ¿Por qué sucede esto? Por un exceso de cortisol en el organismo. Esto, además de generar una baja hormonal, activa una reacción en cadena que ocasiona ansiedad, insomnio, tensión muscular, etc.
  • Trastornos de la tiroides. La tiroides es sumamente importante en la regulación de varias actividades corporales, incluyendo el metabolismo, la sensación ante el frío o calor y el sueño. Es normal que, ante el hipotiroidismo o el hipertiroidismo, haya problemas con el estrógeno y la progesterona.
  • Diabetes o resistencia a la insulina. La insulina, como ya sabrás, regula el nivel de glucosa en el cuerpo. Si la secreción de insulina no es suficiente (o la hormona es poco efectiva) es probable que la producción de estrógeno y progesterona se desplome.
  • Malnutrición o trastornos alimenticios. La anorexia, la bulimia, la desnutrición, e incluso la anemia; pueden estar detrás de los desequilibrios hormonales. ¿Por qué? Pues, porque el organismo no cuenta con los nutrientes, vitaminas y aminoácidos esenciales para ordenar su secreción.
  • Síndrome de ovarios poliquísticos. Las mujeres con ovarios poliquísticos suelen tener un nivel de hormonas anormal. Las hormonas masculinas (andrógenos) suben como la espuma, mientras que el estrógeno baja. Regular el síndrome de ovarios poliquísticos te permitirá librarte de este problema.

Recuerda. Si sospechas que el estrógeno y la progesterona están fuera control, toma nota de los síntomas y haz una cita con el ginecólogo. Descubrir la causa detrás de este desequilibrio y tratarla adecuadamente te ayudará a recuperar tus niveles normales.

¿Cómo regular mi nivel de hormonas sexuales naturalmente?

Como ves, el estrógeno y la progesterona son hormonas muy importantes para el cuerpo femenino. Por tanto, tomar algunos correctivos para subir su nivel -en caso que lo necesites- no suena nada descabellado, ¿o sí?

Si has descubierto recientemente que la cantidad de estrógeno o progesterona que secreta tu cuerpo está por debajo de los límites normales, ¡tenemos un par de soluciones! Puedes ayudarte naturalmente con estos simples consejos.

aumento de los niveles de estrógeno y progesterona

¡Aumenta tus niveles de estrógeno de forma natural!

  • ¡Ejercítate! Mantenerte activa y dejar de lado el sedentarismo te ofrecerá muchos beneficios, entre ellos, un nivel de estrógeno normal. Si no te gusta mucho ir al gimnasio, ¡no hay problema! Puedes tomar una caminata de 15-20 minutos al día, bailar mientras escuchas tus canciones favoritas, nadar un poco en el verano o subir y bajar las escaleras en vez de usar el elevador.
  • Mejora tu dieta: en ocasiones, el exceso de grasa visceral puede afectar los niveles de estrógeno.
  • ¡No te olvides de las vitaminas! La deficiencia de B2 y B6 es más común de lo que se piensa. Lamentablemente, estas vitaminas tienen un papel fundamental en la secreción de estrógenos. ¿Nuestra recomendación? Deja que la luz del sol te caliente por al menos 15 minutos al día y aumenta tu consumo de alimentos ricos en vitaminas del complejo B: lácteos, huevos, legumbres, nueces, salmón, carnes magras y cereales fortificados.
  • Incrementa el consumo de soja. La soja, el tofu y el miso son ricos en fitoestrógenos; una sustancia que incrementa la actividad de los receptores de estrógeno en el cuerpo. Incluye un poco de soja o de sus derivados en tu día a día para equilibrar tus niveles.
  • ¿Te gustan los panes con semillas? ¡Perfecto! Varios estudios han demostrado que consumir semillas de lino y de sésamo con frecuencia mejora los marcadores de estrógeno en el organismo. También puedes incluirlas en tus ensaladas para darles un toque crujiente, saludable y delicioso.

¡Aumenta tus niveles de progesterona de forma natural!

  • ¡Duerme bien! El insomnio y otros trastornos de sueño impactan negativamente en el reloj biológico del cuerpo. ¿Traducción? Terminará afectando tus niveles hormonales. Trata de tener una buena higiene de sueño y duerme entre 7-9 horas al día.
  • Dile ¡sí! a los cereales. En especial si son de grano entero. La avena, además de mantenerte saciada y aportarte la fibra que necesitas para gozar de una buena digestión, incrementa los niveles de progesterona.
  • Incluye las hojas verdes en tu dieta. Ya sea en forma de verduras, hortalizas o vegetales. ¿Algunos ejemplos? Rúcula, brócoli, col y coliflor. Estos ingredientes culinarios contienen una bomba de nutrientes y vitaminas que te ayudará a equilibrar los niveles hormonales de tu cuerpo.
  • Las nueces serán tus mejores amigas. La mayoría de los frutos secos, a excepción de algunos pocos, ayuda a elevar el nivel de progesterona en el cuerpo. No obstante, las nueces son las más efectivas. Acompaña tu desayuno o tus snacks de media tarde con nueces y notarás la diferencia.
  • ¡No te olvides de mover el esqueleto! El ejercicio y la actividad física en general libera endorfinas, las “hormonas de la felicidad”. Las endorfinas te ayudarán a reducir el estrés y a dormir mucho mejor, en especial si combinas tus movimientos con infusiones de manzanilla o movimientos de yoga, por ejemplo. Mientras menos estresada estés, mejores niveles de progesterona tendrás. Como ves, ¡te conviene moverte un poco más!

Recuerda. Aunque la dieta y el ejercicio tienen un peso fuerte en este tema, la última palabra siempre la tendrá tu médico de confianza. Dependiendo de qué tan fuerte sea el desequilibrio hormonal, tu ginecólogo podría recetarte pastillas anticonceptivas o algún medicamento para regular las hormonas sexuales.

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