¿Qué es la fase lútea, cómo funciona y cuánto dura?

El ciclo menstrual se compone de tres fases importantes: la fase folicular (estrogénica), la fase ovulatoria (interludio) y la fase lútea o luteinizante (progesterogénica). Comprender cómo funcionan te ayudará a saber qué es la menstruación, cuánto dura el ciclo menstrual y cómo facilitar un posible embarazo.

En Loop ya hemos hablado de la ovulación y de los cambios que esta genera en tu cuerpo. Hoy le toca el turno a la fase lútea. ¿Nos acompañas?

¿Qué es la fase lútea?

La fase luteinizante o lútea comprende la segunda mitad del ciclo menstrual y es la encargada de asegurar que el embarazo se produzca sin problemas (siempre que el óvulo haya sido fecundado) o generar el desprendimiento de la matriz y las contracciones que terminarán en la regla.

Duración de la fase lútea

La fase lútea suele durar 14 días, pero este lapso puede ser más largo o más corto: todo dependerá de la regularidad de tu ciclo. Por lo general, la media va desde los 11 días (en ciclos más cortos) hasta los 17 días (en ciclos más largos).

¿Cuándo comienza la fase lútea?

La fase lútea comienza después de la fase ovulatoria. Si tomamos como ejemplo un ciclo menstrual de 28 días, comenzaría el día 15 y terminaría el día 28 (con la llegada de la menstruación).

¿Qué pasa en el cuerpo durante la fase lútea?

La fase luteinizante recibe su nombre porque una de sus funciones es crear el cuerpo lúteo. El cuerpo lúteo se conforma, principalmente, por el folículo vacío que libera el óvulo durante la fase ovulatoria.

En la fase luteinizante, el cuerpo femenino estará atento a la posible fecundación del óvulo liberado. Mientras espera a los espermatozoides, ordenará que el revestimiento del endometrio aumente su grosor para que el óvulo fecundado pueda fijarse en él y crecer (feto).

Todo esto es posible gracias al cuerpo lúteo, que será quién segregue grandes cantidades de progesterona.

¿Sabías que… el cuerpo lúteo está conformado por el folículo dominante que creó y liberó al óvulo maduro? Cuando el folículo queda vacío, se transforma en una glándula temporal con una sola misión de vida: segregar progesterona.

Lo que ocurre ante la fecundación

Si el óvulo maduro se encuentra con un espermatozoide y la fecundación ocurre, el óvulo fecundado se implantará en el útero. El cuerpo lúteo seguirá produciendo progesterona y también estradiol para nutrir el ambiente y permitir el desarrollo del feto.

Lo que ocurre si el óvulo no es fecundado

En este caso, el cuerpo lúteo comenzará a contraerse, haciendo que los niveles de progesterona caigan abruptamente. El cuerpo interpretará esto como una señal de que debe ordenar la descamación del endometrio y las contracciones uterinas que le abrirán paso a la regla.

¿Qué fases anteceden y prosiguen a la fase lútea?

Lo que precede a la fase luteinizante se conoce como fase ovulatoria. Lo que le sigue a la fase luteinizante es la secreción de la regla y el comienzo de la fase folicular.

¿Cómo saber si estoy en la fase lútea?

Una de las formas de saber si ya estás en la fase lútea es prestar atención a los cambios que ocurren en tu cuerpo. Y es que, la fase luteinizante no viene sola. Siempre está acompañada del síndrome premenstrual.

Durante esta etapa, podrías notar uno o más de estos síntomas: retención de líquidos, hinchazón en el abdomen, náuseas o mareos, un par de granitos de más, irritabilidad y cambios de humor, sensibilidad mamaria o dolor en los pezones, antojos, fatiga, entre otros.

¿Cómo calcular la fase lútea?

La mejor forma de calcular la fase lútea es identificando la fecha de la ovulación. También podrías analizar tus ciclos anteriores para obtener un estimado o estar atenta a las señales que suelen preceder a la llegada de la regla (síndrome premenstrual).

Resta 14 días a la llegada de la regla

Si tu ciclo es regular, bastará con tomar el primer día de tu periodo y restarle 14 días. Si tu ciclo es irregular, el cálculo será un poco más complicado: podrás obtener un estimado restando de 11 a 17 días.

Veámoslo en un ejemplo para comprenderlo mejor. Si tu menstruación bajó el 14 de julio y tienes ciclos menstruales regulares, entonces tu fase lútea habrá comenzado el 1 de julio. Si tus ciclos son irregulares, entre el 27 de junio y el 3 de julio.

Calcula tu fase de ovulación

Si tus ciclos menstruales son regulares, la fecha de la ovulación debería ser justo en la mitad del ciclo. Para un ciclo de 30 días, el día de ovulación sería el 15.

Si combinas este método con otros, como revisar la consistencia del moco cervical (recuerda que en la fase ovulatoria el flujo es elástico, como una clara de huevo) y anotar tu temperatura basal cada mañana (suele ser más alta durante la fase ovulatoria), tendrás un resultado más acertado.

Comprar un test de ovulación casero también es una alternativa. De hecho, es la más recomendable (al menos si quieres quedar embarazada) porque arrojará una fecha precisa. Además, te liberará de todos los cálculos matemáticos.

Cuando conozcas tu día de ovulación con la prueba casera, ¡tendrás el resultado en tus manos! A partir del día siguiente y hasta que tu próxima regla baje, estarás en la fase luteinizante.

Consejo. Si ya sabes cuándo terminará (aproximadamente) tu fase lútea, ¡prepárate para la regla! Comienza a usar tus braguitas menstruales Herloop un par de días antes para que la menstruación no te coja desprevenida.

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Señales de alerta en la fase lútea. ¿Cuándo acudir al médico?

Si uno de tus ciclos menstruales es más corto que otro, ¡no te preocupes! Recuerda que factores como el estrés, saltarse las comidas o el insomnio pueden afectar la ovulación y, por ende, también la llegada de la regla.

Pero si tu menstruación se separa de su patrón “normal” por 2-3 ciclos consecutivos, te recomendamos acudir al médico. ¿Deberías preocuparte? No. Posiblemente, se trate de un desajuste hormonal (y eso se puede revertir).

¿Qué señales emite tu cuerpo para alertarte de que la fase lútea es más corta o larga de lo que debería? En principio, las siguientes:

Spotting menstrual

El manchado entre ciclos menstruales puede producirse por el acortamiento de la fase lútea. Si no estás entre los 45 y los 55 años de edad (años de la perimenopausia y comienzo de la menopausia) y notas manchitas de sangre en tu braguita un par de semanas antes de la llegada de la menstruación, programa una visita con tu ginecólogo.

Reglas cortas y livianas

Las deportistas que entrenan constantemente -siempre poniendo su cuerpo al límite- suelen tener menstruaciones más cortas y menos abundantes. Sin embargo, si no has cambiado tu rutina y comienzas a notar que tu periodo dura la mitad de lo “normal” para ti -o que la cantidad de flujo menstrual es muy poca- ¡llama a tu médico de confianza!

Lo más probable es que tengas un desequilibrio hormonal. A juzgar por los síntomas, tus niveles de progesterona podrían estar más altos de lo que deberían.

Cambios físicos

El antojo descontrolado de dulces y bollería, la fatiga crónica y tener una sensibilidad mayor ante el frío son síntomas de problemas metabólicos. También podrías notar taquicardia, arritmia, somnolencia o, por el contrario, problemas para conciliar el sueño.

Si este cuadro viene acompañado de la caída del cabello, pérdida de la libido y aumento de peso; es posible que haya un desajuste tiroideo o pancreático detrás. Esto podría reflejarse también en tu regla, dejándote ciclos irregulares o periodos abundantes.

Si reconoces algunos de estos síntomas en ti misma, ¡ya sabes lo que debes hacer! Visita el consultorio de tu ginecólogo para descubrir la causa y comprobar que todo está bien con las fases de tu ciclo menstrual.

Recuerda. Las hormonas pueden descontrolarse en cualquier momento. En otras palabras, ¡no te alarmes! Quizás con un cambio en la alimentación, un reajuste de la actividad física y un par de buenas noches de sueño; ¡todo vuelva a la normalidad!

¿Tu primera visita al ginecólogo está cerca? Qué esperar

Si se acerca la fecha de tu primera visita al ginecólogo, ¡no desesperes! Es normal que sientas miedo, nervios o ansiedad; pero pronto descubrirás que no hay nada que temer. Y es que, la primera consulta ginecológica es más común e inofensiva de lo que parece.

El especialista usará el espacio seguro de su consultorio para conocerte, despejar tus dudas y abrir tu historia médica. ¿Es posible que realice una evaluación física? Sí, pero ¡no te preocupes! De ser el caso, será un examen no invasivo y completamente indoloro.

Acudir al ginecólogo después de la primera menstruación es un ganar-ganar por donde quiera que lo mires. Por un lado, tendrás alguien con quién hablar sobre los cambios que experimenta tu cuerpo durante la pubertad y, por el otro, te asegurarás de que todo va como debería.

¿Ya eres una mujer adulta, pero tienes mucho tiempo sin visitar al ginecólogo? Entonces, esta guía también es para ti.

¿A qué edad debería tener mi primera cita ginecológica?

Lo ideal es que los padres o tutores legales programen la primera visita al ginecólogo en la menarquia, es decir, después de la primera menstruación. ¿Puede ser antes? Sí. Cuando una adolescente de 15 años o más no ha tenido su periodo, es importante que acuda al especialista para saber a qué se debe el retraso.

Aunque cada cuerpo avanza a su propio ritmo, hay edades tempranas y tardías para tener la primera menstruación. Un retraso o adelanto en comparación con las demás mujeres no es necesariamente malo o grave: por lo general, la causa es más inofensiva de lo que se piensa.

¿Qué esperar de la primera visita al ginecólogo?

Si acabas de tener la menarquia, la primera visita al ginecólogo será muy sencilla. De hecho, es posible que ni siquiera necesites una evaluación física.

Entonces, ¿qué esperar de la primera cita ginecológica? ¡Una conversación! Sí, así como lo lees. El médico usará esta primera consulta para conocerte un poco más. Después de abrir tu historia médica con tu nombre, apellido, edad, datos de contacto, alergias, enfermedades, etc.; te hará un par de preguntas:

  • A qué edad -o hace cuánto- tuviste tu primera regla.
  • Qué sientes antes, durante y después del periodo.
  • Cuál fue el primer día (fecha) de tu última menstruación.
  • Cada cuánto tiempo suele venir tu periodo menstrual.
  • Cuántos días -aproximadamente- dura tu regla.

El especialista también podría preguntarte otras cosas, como si ya has tenido relaciones sexuales y, de ser así, qué método de protección usaste o estás usando.

Como ves, ¡no hay nada que temer! Puedes abrirte al 100 % con el médico. Todo lo que digas en la consulta será privado (ni siquiera tus padres tienen por qué saberlo).

Consejo de Loop. Te recomendamos aprovechar este espacio para preguntarle al ginecólogo todo lo que quieras: si es malo dormir con tampones, qué color debería tener la regla; por qué sientes náuseas premenstruales, qué causa el acné hormonal; qué es normal y qué no; etc.

¿Tendré una exploración ginecológica en mi primera cita?

Lo común -al menos en el caso de niñas y adolescentes- es dejar la evaluación física para después. Sin embargo, solo el médico sabrá si el examen ginecológico es necesario o no. Todo dependerá de tu edad y de las respuestas que hayas dado durante el cuestionario.

Piensa que, si sueles tener menstruaciones abundantes y dolorosas -por poner tan solo un ejemplo- ¡el ginecólogo querrá ayudarte a vivirlas mejor! No obstante, para ello necesitaría echar un vistazo a tu cuerpo.

¿Cómo es la primera evaluación ginecológica?

Antes de comenzar con la explicación, debes saber que la primera evaluación ginecológica es completamente normal y no invasiva. ¿Traducción? No tiene por qué ser dolorosa o causarte temor. Teniendo en cuenta que el miedo es una reacción a lo desconocido, quizás conocer lo que sucederá en el consultorio ginecológico te ayudará a reducir la ansiedad:

  • Si tienes menos de 21 años, es probable que no necesites una exploración pélvica ni un test de Papanicolaou. ¿Tienes 21 años o más? En un par de minutos, retomaremos este tema.
  • ¿Cuál es el procedimiento si se trata de una niña o adolescente? Pues, en este caso, es bastante simple. El médico te pedirá que de tumbes en la camilla para realizar un eco pélvico.
  • ¿El eco pélvico duele? ¡Para nada! Te pondrán un gel en el vientre (estará un poco frío) y pasarán el aparato de imagenología por la zona. Este procedimiento es completamente indoloro. Así que, ¡relájate!
  • ¿Por qué se realiza un eco pélvico? Para ver de cerca los órganos de la pelvis. El ginecólogo anotará el tamaño del útero y examinará las caderas, los ovarios y las trompas de Falopio. ¡El examen terminará antes de que lo notes!
  • ¿Qué más puede ocurrir durante la primera visita al ginecólogo? Generalmente, el ginecólogo también tomará nota de tu presión arterial, temperatura, altura y peso corporal. ¡Esto es todo!

Dependiendo de tu edad, podrías tener también una revisión mamaria. ¿Qué es una revisión mamaria? Un examen visual y táctil que sirve para comprobar el tamaño de las mamas, su simetría y conformación.

En este punto, el ginecólogo te enseñará a hacer una exploración mamaria por tu cuenta. No hay nada que empodere más a las mujeres que conocer su propio cuerpo al 100 %. Así que, cuanto antes aprendas, ¡mejor!

Tengo 21 años o más: ¿cómo será mi primera cita con el ginecólogo?

Los exámenes ginecológicos de rutina incluyen la realización del ultrasonido (eco), además de una evaluación pélvica y mamaria. Si tienes 21 años o más y ya has tenido relaciones sexuales, se recomienda que acudas al ginecólogo cada 1-3 años.

El comienzo de la consulta será el mismo que en el caso anterior: abrir la historia clínica, hablar un poco sobre tu menstruación y sobre la duración del ciclo menstrual, etc. También tendrás que indicar si sufres de alguna enfermedad (como diabetes o asma, por ejemplo) y el método anticonceptivo que sueles usar.

¿Qué pasará después? Una vez que haya culminado esta primera parte, el ginecólogo dejará el consultorio para que puedas cambiarte de ropa. Después de ponerte la bata de exploración médica, volverá a entrar para comenzar con el examen físico.

Paso a paso del examen ginecológico físico

Si estás en tu primera evaluación con el ginecólogo, es posible que no sepas qué sucederá de aquí en adelante. De ser este el caso, ¡no te preocupes! En Loop, ¡te lo decimos todo!

#1 Evaluación médica general

La primera parte es similar a cualquier otra cita médica. El ginecólogo medirá tu frecuencia cardíaca y respiratoria, presión arterial y temperatura. ¡Nada fuera de lo normal!

#2 Evaluación de las mamas

Si es tu primera cita ginecológica y ya tienes más de 21 años, el médico querrá examinar tus mamas. ¿Cómo lo hará? Tal como en el caso anterior: palpando sistemáticamente cada seno para detectar anomalías o bultos inusuales.

Consejo. ¿Todavía no sabes hacerte el autoexamen mamario? Pídele al médico que te muestre cómo hacerlo. Después de la cita, ¡serás una experta!

#3 Examen externo de los genitales

Luego de revisar las mamas, el ginecólogo te pedirá que te sientes al borde de la camilla. Una vez que te tumbes boca arriba y pongas los pies en los estribos, comenzará a examinar los genitales externos (la vulva).

¡Que no te dé vergüenza! Piensa que este examen es tan solo una parte de ser mujer (y es muy importante para tu estado de salud). ¿Por qué el ginecólogo examina la vulva? Pues, para asegurarse de que no haya ninguna anomalía, como:

  • Cortes
  • Verrugas
  • Erupciones
  • Hinchazón de la vulva
  • Crecimiento anormal del vello púbico

#4 Examen pélvico interno

En este punto, el médico usará un espéculo (una herramienta similar a un tubo que se abre para separar ligeramente el canal vaginal). ¡No te asustes! No duele nada. Primero, el espéculo estará lubricado (no sentirás dolor, quizás solo un poco de frío). Segundo, solo ocupará 2/3 de tu canal vaginal.

Si el ginecólogo lo considera apropiado, tomará una muestra del fluido vaginal para comprobar que no haya infecciones. Esto puede suceder si te quejas de picores, ardores, malos olores o un flujo vaginal anormal.

Cada cierto tiempo, el médico aprovechará el examen para hacer también un Papanicolaou. ¿Cómo lo hace? Cogiendo una diminuta muestra de las células del cuello uterino.

Nota. Por lo general, la toma de muestras es indolora. ¡Ni siquiera sentirás el hisopado! Lo máximo que podrías experimentar es cosquillas y, ante mucha sensibilidad, un ligero hormigueo.

#5 Examen pélvico manual

Para finalizar, el ginecólogo efectuará un examen pélvico manual. Esto le ayudará a determinar el tamaño del útero y asegurarse de que no haya anormalidades o dolor en los ovarios o en las trompas de Falopio.

¿Duele? Realmente, no. Recuerda que el médico tendrá guantes y usará lubricación. Sin embargo, podrías sentir algo raro. ¿Por qué? Mientras el ginecólogo palpa la vagina, presionará suavemente el bajo abdomen. Esto podría generarte una sensación de incomodidad.

Consejo de Loop. La exploración ginecológica no debería doler. Si sientes dolor o punzadas, ¡comunícaselo al médico inmediatamente!

#6 Final de la evaluación ginecológica

Cuando la exploración finalice, podrás sentarte como normalmente lo haces y escuchar las observaciones de tu médico de confianza. Si tienes alguna pregunta sobre las pruebas, ¡este será el momento perfecto para hacerlas!

Recuerda. ¿Crees que la cita con el ginecólogo es muy larga? ¡Es una ilusión! Lo cierto es que todo esto sucede en menos de 15 minutos.

¿Cómo prepararme para la cita con el ginecólogo?

Técnicamente, no debes hacer nada. No necesitas ir depilada o lavar tu zona íntima con algún producto especial (recuerda que debes proteger el pH de tu vagina). Lo que sí te recomendamos es tener a la mano:

  • Información sobre tu ciclo menstrual. Si no sabes calcular la duración de tu ciclo, bastará con que lleves las fechas de inicio de tus últimas tres reglas.
  • Información sobre tu flujo menstrual. Si tienes dudas sobre el volumen o color de tu menstruación, ¡tenlas en mente para despejarlas con el ginecólogo!
  • Información sobre tus síntomas premenstruales. O también de cualquier otro síntoma asociado a la llegada de la regla. Hablamos de calambres, dolor de cabeza, fatiga, cambios de humor, etc.
  • Información sobre tu vida sexual. Es decir, si eres activa sexualmente hablando, qué método de protección utilizas, entre otros.

En caso de dudas sobre tu ciclo menstrual o del periodo en general, anótalas para que no se te olvide hacerte las preguntas al ginecólogo.

¿Cada cuánto tiempo debo acudir al ginecólogo?

Generalmente, se recomienda acudir al ginecólogo cada 1-3 años después de que se comiencen a tener relaciones sexuales. Sin embargo, cada vez son más los padres que siguen este patrón con sus hijas adolescentes. De esta manera, las ayudan a prepararse para el futuro.

Como dijimos anteriormente, no siempre se realiza un examen físico, incluso si se es mayor de 21 años y se mantiene una vida sexual activa. Los exámenes pélvicos suelen realizarse cada 3 años.

¿Con qué frecuencia debo hacerme un Papanicolaou?

Las citologías (examen de Papanicolaou) comienzan a partir de los 21 años de edad y se efectúan cada 3 años, aproximadamente.

Después de la citología, podrías manchar un poco. ¡No te alarmes! Es perfectamente normal. ¿Nuestra recomendación? Usa tu braguita menstrual preferida por un par de días -incluso si tu menstruación no está cerca- para mantenerte seca y protegida.

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