¿Qué es el clítoris? ¡Descubre el misterio con Herloop!

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Durante siglos, por no decir milenios, el clítoris ha sido todo un misterio (al menos para muchos hombres y, por qué no admitirlo, también para algunas mujeres). Este pequeño punto localizado en la vagina, como todo superhéroe, encierra un gran poder. ¿Intrigada? Entonces, ¡quédate un poco más! Hoy vamos a echarle un vistazo a uno de los órganos más maravillosos del cuerpo femenino.

¿Qué es el clítoris?

El clítoris es un órgano ultrasensible que conecta a la vagina y al cuello uterino con la vulva. Biológica y anatómicamente hablando, sería el equivalente femenino del pene (dejando la producción del semen de lado, claro está). De hecho, los fetos con una carga genética XY o masculina desarrollan su miembro a partir del clítoris. La naturaleza nunca deja de sorprendernos, ¿cierto?

Aunque suele creerse que el clítoris es tan solo una pequeña protuberancia ubicada sobre la unión de los labios menores de la vulva -y, en cierto sentido, lo es- es mucho más grande de lo que piensas. Para que te hagas una idea de sus dimensiones, bastaría con decirte que lo que ves en el espejo durante tu sesión de autoexploración representa un 25 % de su tamaño total.

La realidad es que el clítoris tiene una longitud de unos 10-13 cm, una pasada considerando que lo que se ve no suele superar los 5 mm de ancho y 25 mm de longitud.

¿Cuál es la función del clítoris?

El clítoris tiene un papel fundamental en la generación de placer sexual. No obstante, una cosa lleva a la otra: puede que la sensibilidad del órgano clitoriano facilite, de cierta forma, la reproducción. Veamos de qué se trata.

El clítoris contiene un montón de terminaciones nerviosas, 8000 para ser exactas. Es por ello que reacciona fácilmente a la estimulación interna o externa, convirtiéndose en la zona más erógena del cuerpo de las mujeres. Al activarse, las partes visibles e invisibles de todo el órgano se hinchan hasta duplicar su tamaño.

Esta respuesta física ejerce una presión en la parte superior de las paredes vaginales que hará que las mujeres sientan aún más placer durante la penetración o la masturbación. Y justo aquí aparecería una especie de ventaja reproductiva.

Y es que, la excitación femenina produce una especie de flujo viscoso, resbaloso y transparente para hidratar la vagina, evitar la fricción, facilitar la penetración e impedir que el coito sea doloroso.

Pero, ¿dónde está el clítoris?

La respuesta corta es tanto en la vulva como en la vagina. ¿La respuesta larga? ¡Vamos a por ella! Antes de comenzar con esta excursión virtual al cuerpo femenino, dividiremos al clítoris en dos: uno interno y otro externo.

Conociendo -o reconociendo- el clítoris externo

El clítoris externo, dependiendo de la forma de la vulva, puede estar ligeramente asomado entre los labios mayores o debajo de estos. ¿Cómo se ve? Pues, como un pequeño guisante. Lo reconocerás con facilidad porque está justo en medio de la unión superior de los labios menores (y también porque está cubierto por un capuchón o prepucio).

¿Qué función cumple el prepucio? Proteger la puntita del clítoris o glande; el punto más sensible del clítoris externo. Es gracias a esta protección que no te excitas al caminar, al hacer ejercicio o con el roce de tu braguita menstrual Loop.

Debajo del clítoris, encontrarás dos orificios: uno que pertenece a la uretra (el más pequeño) y otro a la vagina (el más grande).

Nota. Hasta aquí, ya conoces todas las partes del clítoris externo. Si quieres saber más sobre la anatomía de la vulva, te dejamos un enlace a nuestra guía especial.

Descubriendo -o redescubriendo- el clítoris interno

Como decíamos, lo que puedes ver del clítoris es tan solo su parte externa. Sin embargo, este pequeño y escurridizo órgano se divide internamente en cuatro ramas diferentes.

La base de todo el órgano se conecta con la pelvis. Las ramas exteriores rodean la abertura de la vagina terminando cerca del ano (bulbos vestibulares). Las ramas interiores, en cambio, emprenden un viaje hasta la pared vaginal (crura del clítoris).

Tanto los bulbos como la crura del clítoris se hinchan durante la estimulación sexual. Al hacerlo, elevan la temperatura y presión de las paredes vaginales que, como respuesta, ordenan la producción de lubricación vaginal.

¿Sabías que… el clítoris, tal como el pene, tiene erecciones? La causa es la misma para el cuerpo masculino y femenino: el incremento del flujo sanguíneo en la zona.

¿Dónde queda el punto G?

El clítoris, en sí mismo, es un órgano misterioso que apenas está siendo estudiado por los científicos. No obstante, el punto G -punto Gräfenberg- lo es mucho más. ¿Por qué lo decimos? A finales de 2017, un grupo de expertos asumió el reto de encontrar el punto G sin éxito alguno. ¿Eso quiere decir que no existe? Pues, el tema es complejo, pero tenemos una buena teoría al respecto.

¿Recuerdas a los bulbos vestibulares y a la crura del clítoris, esas ramificaciones internas que rodean la vulva y que terminan en las paredes vaginales? ¡Perfecto! La tesis mayoritaria afirma que el punto G no es otra cosa que las raíces nerviosas de la crura vaginal.

Durante la excitación, estas raíces se hinchan lo suficientemente como para sentirlas, siendo las responsables de los orgasmos vaginales. Las pruebas sugieren que la combinación de estímulos internos y externos durante la relación sexual -es decir, las contracciones de los músculos pélvicos, el roce con el pene, el choque de los cuerpos durante el sexo, etc.- estaría detrás de los orgasmos femeninos.

Entonces, ¿no hay punto G? No, al menos no si lo imaginabas como algo diferente al clítoris. Si bien faltan estudios más profundos sobre el tema, lo más seguro es que ese punto corrugado que a veces se hincha dentro de la vagina no sea otro que nuestro viejo amigo, ¡el clítoris!

¿Cómo estimular el clítoris como una experta?

No hay una fórmula secreta para estimular el clítoris y disfrutar de un orgasmo en todo su esplendor. Cada mujer es un mundo: lo que a unas les da placer, a otras no y viceversa. Ahora bien, hay algunas claves generales que podemos compartir contigo para ayudarte a encender tu botón personal de oxitocina:

  • Explórate y conócete a ti misma. La clave detrás de la estimulación del clítoris radica en el conocimiento, el ensayo y el error. Necesitas dar con lo que te gusta, pero no podrás hacerlo si no conoces la zona como la palma de tu mano. Así que, toma un espejo y dedícate a explorar tu vulva (con clítoris incluido).
  • Ponte cómoda y ¡relájate! No importa si estás sola o con tu pareja: ponte cómoda, libera la mente y trata de dejar el estrés de lado. Puedes crear un ambiente más relajado tomando una ducha caliente antes de “jugar” con el clítoris, leer literatura erótica, encender algunas velas aromáticas, celebrar una sesión de besos apasionados… ¡Lo que te guste!
  • No lo estimules directamente. Al menos no en un primer momento. Basta con frotar la piel que lo rodea, como los labios vaginales mayores y menores, la base del clítoris, etc. Presionar ligeramente la zona circundante también es una buena opción. Lo ideal es que descubras lo que te gusta.
  • Sube la temperatura gradualmente. No vayas tan rápido. Tómate tu tiempo y comienza con movimientos lentos, suaves y repetitivos. Incrementa la presión y la velocidad paulatinamente.
  • Prueba tocando tu punto G. Si quieres ir un poco más allá, puedes estimular las raíces nerviosas del clítoris desde dentro, ya sea con un vibrador u otro juguete sexual. La masturbación con los dedos o la penetración durante la relación sexual también te ayudará a hacerlo.

¿El clítoris y el pene son lo mismo?

No, pero podría decirse que pertenecen a la misma familia. Previo a la definición del sexo de un embrión, no hay pene ni vulva: solo el corazón del clítoris. Antes de finalizar el tercer mes del embarazo, los genes y el ADN del feto decidirán el sexo del futuro bebé. En ese momento, la naturaleza convertirá a este pequeño punto sensible en una vulva -con todo lo que ella comprende, incluyendo al clítoris- o en un pene.

Tanto el clítoris como el pene tienen, en esencia, lo mismo: un prepucio, un glande y un tejido eréctil capaz de hincharse durante la excitación sexual.

Datos curiosos sobre el clítoris que toda mujer debería conocer

Ahora que ya sabes qué es el clítoris y qué función cumple, es momento de pasar a los datos curiosos. Estamos seguras de que algunos te dejarán con la boca abierta:

  • El clítoris está detrás de varios tipos de orgasmo. Uno de ellos, como ya habrás adivinado, es el orgasmo clitoriano. ¿Cuáles son los demás? Los orgasmos múltiples, los orgasmos mixtos y los orgasmos vaginales. El único por el que no podría llevarse el crédito sería el orgasmo uterino.
  • No todos los clítoris son iguales. ¿Cómo? Así como lo lees. Tu nariz, tu boca, tu vulva, tus manos -entre otras cosas de tu cuerpo- son únicas e irrepetibles y el clítoris no es la excepción. Algunos son más grandes, otros más pequeños. Algunos más sensibles, otros menos sensibles. Y así sucesivamente. ¡No compares tu clítoris con otros! Todos son hermosos y funcionales.
  • El clítoris no solo se hincha durante las relaciones sexuales. También lo hace en los días cercanos a la ovulación. El cambio de tamaño es casi imperceptible, pero está ahí: los científicos lo han notado.
  • El clítoris existe porque sí. ¡No es una consecuencia evolutiva! Algunos científicos creían que el clítoris era un avance evolutivo. ¿Su tesis? La madre naturaleza dio a las mujeres la capacidad de sentir placer durante las relaciones sexuales para perpetuar la especie. ¿La realidad? Todo apunta a que no es así. No tiene una función directa en la reproducción. Más bien, solo un papel secundario.
  • El clítoris no para de crecer (y conoce el secreto de la juventud eterna). Los ginecólogos bromean con el crecimiento del clítoris porque, tal como las orejas o la nariz, no para de hacerlo. Ahora bien, hay una clara diferencia con otros órganos del cuerpo femenino: el clítoris no envejece. ¡Que nos dé el secreto!
  • Aunque el clítoris nos ha acompañado toda la vida, fue descubierto recientemente. ¿Qué tan recientemente? Pues, un poco antes del siglo XVII. Si bien las mujeres de la época ya sabían de su existencia, un cirujano y anatomista italiano -Renaldus Columbus- se atribuyó su “descubrimiento”.
  • El clítoris es una fábrica de oxitocina. Bueno… no en sí mismo, pero sí el orgasmo que produce. Esta es la razón por la que el estrés, las preocupaciones y hasta los cólicos menstruales desaparecen o disminuyen después del orgasmo.

¿El clítoris también puede enfermarse? – Señales de alerta

El clítoris, como todo órgano, no es inmune. ¿Qué quiere decir esto? Que puede doler, picar o arder después de una lesión, de una relación sexual vigorosa, de un exceso de estimulación directa, etc. Incluso los jabones de baño o el detergente que usas para lavar la ropa podrían generarle erupciones, dermatitis por contacto, entre otras afecciones.

Para mantener la salud de tu clítoris intacta, usa ropa íntima de algodón. Lava la vulva solo con agua, aléjate de las duchas vaginales y mantente atenta a cualquier cambio. Y no te olvides: cuando estés en tus días rojos, busca un método de protección transpirable, cómodo y no irritante, como nuestra braguita menstrual.

Recuerda. Ante cualquier señal de alerta, como dolor o picazón persistente, ¡haz una cita con el ginecólogo! Hay ciertas enfermedades, como el cáncer de vulva y la candidiasis, que podrían afectar este pequeño -pero importante- órgano.

¡Hablemos de ablación! Porque el clítoris, como la menstruación, también está rodeado de tabúes

Hasta hace un par de décadas, el clítoris ni siquiera aparecía en los libros de anatomía. Nadie hablaba de él. Era un tema tabú o, en algunas sociedades más liberales, polémico.

Lamentablemente, los tabúes no traen nada bueno. En pleno siglo XXI, hay países -como Guinea y Somalia- que realizan ablaciones (mutilaciones genitales femeninas); una práctica inhumana que ha puesto en peligro la vida de más de 200 millones de mujeres y niñas, que fortalece la desigualdad de género y que debe erradicarse por completo.

Hablar sobre la ablación femenina, compartir datos oficiales y hacer campañas de concienciación es una buena manera de ponerle fin a la ablación. Si todos los seres humanos ponemos nuestro granito de arena, podríamos eliminar la mutilación genital femenina para el 2030.

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